La industria petrolera de Irán comenzó en 1901, cuando el empresario británico William D´Arcy (especulador bursátil) recibió una concesión de Irán para explotar y desarrollar los recursos petrolíferos en el sur del país.
En 1908 se descubre el primer yacimiento de petróleo y gas en la Provincia de Juzestán, al sudoeste del país, frontera con Irak, y, en 1909, se creó la compañía Anglo-Persian Oil Compañy (APOC) con sede en Londres. En 1914 el Gobierno británico compró la mayor parte de las acciones de esta compañía, obteniendo el control directo de la industria petrolera iraní.
En 1933, el gobierno de Irán renovaría la concesión por 60 años más por medio del Tratado Gas-Golshayan, donde se establecía un pago fijo a Irán de cuatro libras esterlinas por cada tonelada de petróleo crudo exportada, negando cualquier derecho a Irán de control sobre las exportaciones petroleras. En 1935, la compañía pasaría a llamarse Anglo-Iranian Oil Company (AIOC).
En 1941, en plena Segunda Guerra Mundial, las fuerzas anglo-soviéticas invadieron Irán (Operación Counternance), a pesar de que se había declarado neutral, pero la intención de las fuerzas Aliadas era asegurar los campos petroleros de Irán y el Ferrocarril Transiraní para entregar suministros a la Unión Soviética.
Estas constantes injerencias extranjeras potenciaron el poder de los líderes nacionalistas que buscaban un Irán más independiente. La AIOC, controlada por los británicos, se negó a permitir que sus libros fueran auditados para determinar si al gobierno iraní se le estaba pagando lo prometido. La intransigencia británica molestó a la población iraní.
En 1951, el primer ministro Mahammad Sa´ed decidió aprobarle a Gran Bretaña un anexo al Tratado del Petróleo de 1933, y lo sometió para su aprobación ante el XV Parlamento iraní, con escaños mayoritarios del partido nacionalista Frente Nacional liderado por Mossadegh, negándose a ratificarlo porque las cláusulas afectaban a los intereses nacionales.
El pueblo se enteró de esa propuesta leonina y comenzó una revuelta popular obligando al primer ministro Sa´ed a renunciar. Le sucedió Ali Mansur, que corrió con la misma suerte al insistir en la ratificación del Tratado. Luego, asumió el cargo de primer ministro el Jefe del Ejército, Haj Ali Razmara, que presionado por los ingleses volvió a insistirle al XVI Parlamento que ratificara la extensión petrolera.
En ese contexto, Mossadegh, presidente de la Comisión del Petróleo del Parlamento, declaró a la prensa que los tratados de D´Arcy de 1933 y el anexo presentado eran nulos y comienza el camino hacia la nacionalización del petróleo iraní liderado por él. Gran Bretaña reaccionó buscando asfixiar económicamente a Irán, amenazó con impulsar la independencia de la Provincia petrolera de Juzestán, cerró dos bancos británicos, exigió la devolución de una deuda de un millón de libras y los créditos otorgados a los comerciantes, la petrolera británica sacó todo su capital del país. El primer ministro Razmara fue asesinado en un atentado terrorista ejecutado por Jalil Tahmasbi, de la organización Fedayines del Islam, y comenzó una insurrección contra la influencia británica. En ese ínterin asumiría el poder el Sha Mohammad Reza Pahlavi.
No obstante, el Tratado de Gas-Golshayan sería derogado y Mossadegh elegido por el parlamento como primer ministro. Una de las primeras medidas fue decretar la nacionalización de la Anglo-Iranian Oil Company el 20 de marzo de 1951, siendo aprobada por el parlamento y ratificado por el Senado. Se cumpliría el sueño revolucionario de revertir el control transnacional petrolero que tan sólo reportaba a la nación menos de un 20% de los beneficios.
El gobierno británico impuso un embargo a cualquier exportación de petróleo de Irán, enviando a la Royal Navy para su efectividad incluso por la fuerza. Mossadegh visitó la sede de la ONU en Nueva York, ese mismo año 1951, donde consiguió que China y la Unión Soviética vetaran las sanciones británicas a Irán. Mossadegh aprovechó su visita en Estados Unidos para solicitar una reunión y contar con el apoyo del Gobierno de Harry Truman (12/04/1945 – 20/01/1953), planteando que no pretendía cerrar el grifo del petróleo, ni perjudicar sus intereses. Ambos se reunieron e hicieron público su acuerdo. Pero la avenencia duró poco.
El gobierno británico condicionó el apoyo dado a Washington en la guerra de Corea, siempre y cuando le ayudase a recuperar sus intereses energéticos en Irán. Truman rechazó de manera pública apartar a Mossadegh del poder, porque consideraba que tenía mucho apoyo popular. Sin embargo, el presidente norteamericano fue reemplazado el 20 de enero de 1953, por Dwight Eisenhower, que finalmente cedió a las posiciones más duras contra Irán, por el miedo a que Irán se alineara con la URSS y se extendiera el comunismo.
La economía iraní cayó en bancarrota y la crisis económica perjudicó a la popularidad de Mossadegh. El sha, que se había resistido a las demandas de la CIA por el golpe, finalmente accedió a apoyarlo. El sha y su esposa huyeron de Irán antes del intento de golpe de estado y se fueron a Roma. La CIA ejecutó el golpe en la denominada Operación Ajax. El primer intento fracasó, y se le ordenó a la CIA que abandonara Irán, y la administración Eisenhower incluso consideró cambiar su política para apoyar a Mosaddegh.
Sin embargo, el agente de la CIA responsable de la operación, Kermit Roosevelt Jr., tardó en recibir el mensaje, supuestamente debido a la interferencia del MI6 y continuó ansiosamente fomentando los disturbios contra Mossadegh. El 19 de agosto, los infiltrados contratados que se hacían pasar por miembros del partido Tudeh comenzaron a organizar una «revolución comunista», alentando a los miembros reales de Tudeh a unirse.
Pronto, los miembros de Tudeh salieron a las calles atacando prácticamente cualquier símbolo del capitalismo, saqueando negocios privados y destruyendo tiendas. Gran parte del distrito financiero del sur de Teherán, incluidos los bazares, fueron destrozados. Con la repentina repulsión pública masiva contra este acto, la siguiente parte del plan de Zahedi entró en acción. Desde los bazares destrozados, un segundo grupo de infiltrados pagados, esta vez haciéndose pasar por partidarios del shah, organizó multitudes furiosas de iraníes comunes que estaban aterrorizados por una «revolución comunista» y asqueados por la violencia.
A mitad del día, grandes multitudes de ciudadanos regulares, armados con armas improvisadas, salieron a las calles en manifestaciones masivas y golpearon a los miembros del partido Tudeh. Bajo la autoridad del general Fazlollah Zahedi, el ejército abandonó sus cuarteles y expulsó a los comunistas Tudeh y luego asaltó todos los edificios del gobierno con el apoyo de los manifestantes. Mossadegh cayó, fue capturado, condenado, encarcelado, incomunicado por tres años y estuvo 10 años bajo arresto domiciliario.
La CIA le dio al gobierno de Zahedi $5 millones después del golpe, y el propio Zahedi recibió un millón extra. Como condición para restaurar la Anglo-Iranian Oil Company (que después del golpe cambió el nombre por British Petroleum), en 1954 los Estados Unidos exigieron la eliminación del monopolio de la AIOC; cinco compañías petroleras estadounidenses, Royal Dutch Shell (Shell), y la Compagnie Française des Pétroles (Total), iban a extraer el petróleo de Irán después del exitoso golpe de estado. El sha declaró que esto era una «victoria» para los iraníes, ya que, con la afluencia masiva de dinero de este acuerdo, resolvió el colapso económico de los últimos tres años y le permitió llevar a cabo sus proyectos de modernización planificados.
Las agencias de espionaje británicas y estadounidenses fortalecieron la monarquía en Irán, al respaldar al shah pro occidental durante los siguientes 26 años. El derrocamiento del gobierno electo de Irán en 1953 aseguró el control occidental de los recursos petroleros de Irán e impidió que la Unión Soviética compitiera por el petróleo iraní .