La Primera Guerra Mundial se caracterizó por un uso generalizado y a gran escala de las armas químicas, por todas las partes beligerantes. El Protocolo sobre la prohibición del empleo en la guerra de gases asfixiantes, tóxicos o similares y de medios bacteriológicos, usualmente llamado Protocolo de Ginebra, es un tratado de prohibición del uso de armas químicas y biológicas. Hay que resaltar que el Protocolo de Ginebra prohíbe el uso de armas químicas y armas biológicas, pero no dice nada acerca de la producción, almacenamiento o transferencia de ellas.
El Protocolo fue firmado en Ginebra el 17 de junio de 1925 y entró en vigor el 8 de febrero de 1928. Estados Unidos fue uno de los primeros firmantes del mismo, pero no fue ratificado hasta el 10 de abril de 1975, y con una reserva de que otra parte no haga uso previamente de esa clase de armas químicas o biológicas. En consecuencia, el United States Army Field Manual on the Law of Land Warfare FM 27-10 (1956) decía claramente que «Estados Unidos no es parte de ningún tratado, en vigor ahora, que prohiba o restrinja el uso en combate de gases tóxicos o no tóxicos… o el uso de la guerra bacteriológica«. Sin embargo, hay juristas que sostienen que las normas del Protocolo de Ginebra son costumbre internacional y que, por tanto, son obligatorias para todos los países, aunque no hayan ratificado formalmente dicho Protocolo de Ginebra. Además, para Estados Unidos, el Protocolo de Ginebra no prohibe ni los gases lacrimógenos ni los herbicidas utilizados, por ejemplo, en la guerra de Vietnam .
Así, tras un breve declive en la carrera por el armamento químico, tras la Segunda Guerra Mundial se reactivó la inversión militar en la guerra química. El Edgewood Arsenal (Maryland) del U.S Army Chemical Warfare Service (CWS), fundado en 1918, fue la sede principal de los proyectos de guerra química estadounidenses, en ese momento centrados en la producción de fosgeno, cloro y gas mostaza, junto con el Dugway Proving Ground, que era el campo de pruebas de estos proyectos armamentísticos y de equipos de protección. En 1947, el Congreso recortó el presupuesto del CWS en dos tercios, y cerró el Dugway Proving Ground .
El aumento de la tensión entre EEUU y la URSS, así como la guerra de Corea, hizo que el Ejército de los EEUU tuviera un renovado interés en las armas químicas, tal y como sostenía el informe de junio de 1950 del Ad Hoc Committee on Chemical, Biological and Radiological Warfare (también conocido como Stevenson Report). El presupuesto del CWS, que se había renombrado como Army Chemical Corps, triplicó su presupuesto en un año y medio, el número de investigadores se incrementó de 2.100 a 3.700 personas, y el Dugway Proving Grounds fue reabierto para probar las municiones y armas químicas .
En los años 50 la producción de armas químicas en EEUU se centró en el gas nervioso sarín, ya que tenía mayor utilidad militar y era más fácil de fabricar que otros agentes nerviosos . El precursor del gas sarín era fabricado en las instalaciones de Muscle Shoals (Alabama), y luego se sintetizaba en el Rocky Mountain Arsenal, cerca de Denver (Colorado), que pronto estuvo produciendo miles de toneladas de sarín al año, hasta que en 1957 las autoridades militares consideraron que tenían suficiente gas sarín y cerraron ambas fábricas .
Sin embargo, en 1961 los EEUU comenzaron el Proyecto 112, como parte de una estrategia de disuación progresiva, en el que los ataques con armas biológicas y químicas eran pasos intermedios para amenazar a la URSS sin tener que recurrir a armas nucleares. Como resultado de esta estrategia, el presupuesto del Army Chemical Corps casi se triplicó entre 1961 y 1964 . A finales de los años 50, los militares estadounidenses habían comenzado a interesarse por las nuevas series-V de gases nerviosos (sarín pertenece a las series-G), y en particular por el VX debido a mayor letalidad y persistencia (el sarín es no persistente).
Tras una amplia investigación y pruebas piloto, la producción del VX empezó en 1961 en el Newport Chemical Depot cerca de Terre Haute (Indiana), que produjo entre 4.000 y 5.000 toneladas de VX en 1967 . Además del VX, el Ejército estadounidense creó nuevos sistemas de distribución tanto para el sarín como para el VX, incluyendo el cohete M55, el cohete Honest John, minas terrestres con VX, y bombas aéreas de 340 kilos de sarín . La instalación gubernamental Newport Chemical Depot era operada por contratistas privados, inicialmente DuPont (1941-1951), cuyos orígenes se remontan al suministro de munición durante la Guerra Civil Americana, la primera comercializadora de dinamita, y que en ese momento también producía en esa fábrica el agua pesada para las bombas nucleares del proyecto Manhattan, pero le siguieron Liberty Powder Defense Corporation, subsidiaria de Olin Corporation fabricante de municiones y explosivos (1951-1957), FMC (1959-1968) el principal fabricante de gas VX aunque estaba especializada en maquinaria agrícola y militar, Uniroyal (1975-1985) en tareas de vigilancia y mantenimiento, y, finalmente, Mason and Hanger y otros contratistas posteriores para su descontaminación y desmantelamiento.
La producción de armas químicas era paralela a la realización de pruebas, tanto en el mar como en tierra. Entre 1962 y 1974, se realizaron cientos de pruebas, tanto del Proyecto 112 como de otros proyectos, tanto del Ejército, como de la Armada, la Marina, la CIA, el Departamento de Energía, o el Departamento de Salud y Servicios Humanos, tanto en suelo estadounidense (Dugway Proving Ground, en Utah; Fort Bragg, en Carolina del Norte; Fort Detrick y Edgewood Arsenal, Maryland; y la Edwards Air Force Base, en California) como algunos en países extranjeros, en las que estuvieron expuestos decenas de miles de militares y civiles (aunque se han encontrado archivos que se estima que se refieren a unos 9 millones de personas), de forma voluntaria pero muy poco informada sobre los riesgos para la salud (incumpliendo el Código de Ética de Nuremberg de 1947), y sin que se realizara un seguimiento individual posterior, ya que ni siquiera están identificadas sistemáticamente todas las personas participantes .
Los experimentos en ocasiones suponían la liberación a la atmósfera libre de los agentes químicos o biológicos. Por ejemplo, entre 1949 y 1969, el Ejército de los EEUU realizó centenares de pruebas de guerra biológica en los que la población civil, sin ningún tipo de aviso, fue rociada con trazadores bacterianos que en ese momento el Ejército pensó que eran inocuos. Algunas de las pruebas implicaron rociar grandes áreas, como las ciudades de San Luis y San Francisco, y otras supusieron rociar áreas más concentradas, como el sistema de metro de la ciudad de Nueva York o el Washington National Airport . El 14 de marzo de 1968 aparecieron en Skull Valley (Utah), 6.000 ovejas muertas después de que una nube de gas VX de 1.200 litros, liberada sobre el Dugway Proving Grounds, se desplazara 43 km fuera del área de pruebas, a unos 80 km de la ciudad de Salt Lake City (10 miligramos es suficiente para matar a una persona por asfixia, paralizando los músculos respiratorios), y rociara el pasto que luego se comerían las ovejas; unas murieron en 24 horas y otras enfermaron durante semanas antes de morir .
La guerra química no solo tuvo efectos para la salud de las personas, sino también para el medio ambiente. Tras la Segunda Guerra Mundial y hasta principios de 1969, cientos de miles de toneladas de agentes químicos alemanes, rusos, británicos o estadounidenses, fueron arrojadas a los océanos (Mar del Norte, Mar Báltico y Atlánico) para deshacerse de ellas, puesto que su almacenamiento no era seguro. Aún se desconoce qué efectos han tenido estos vertidos químicos en los océanos, la fauna y la población humana .
En 1960, la Defense Advanced Research Projects Agency (DARPA) comenzó el proyecto AGILE, que buscaba afrontar guerras asimétricas remotas para contrarrestrar a la URSS. Uno de los subprogramas de «proyectos especiales», dirigido por el U. S. Army Biological Center con base en Fort Detrick (Maryland), incluía el uso de herbicidas, el más conocido el agente naranja, para defoliar la jungla y matar las plantaciones de arroz o trigo. Entre 1964 y 1965 realizaron pruebas en la jungla tailandesa para determinar la eficacia real de cada agente en ese tipo de vegetación .
La operación Ranch Hand, parte del programa Trail Dust de guerra herbicida, autorizada por el presidente Kennedy, supuso la utilización a gran escala en operaciones militares durante la guerra de Vietnam, entre 1962 y 1971, de los llamados «Herbicidas Arco Iris», ya que había de diferentes colores según los barriles en los que eran envasados: verde, rosa, púrpura, azúl, blanco, naranja, naranja-II, naranja-III, y super-naranja . Estos agentes químicos eran fabricados por Monsanto, Dow Chemical y Hercules Inc., para el Departamento de Defensa de los EEUU .
Dow Chemical ya se vio implicada con uno de sus famosos insecticidas, el DDT, que en el también famoso libro de Rachel Carson, Silent Spring (1962), criticaba no sólo el DDT sino los pesticidas, al perjudicar de forma persistente e incontrolable, tanto la salud humana como la del planeta. Un año después de la publicación del libro de Carson, Dow Chemical ya tenía en el mercado un nuevo herbicida basado en el picloram, denominado comercialmente Tordon, que también se lo presentó al U. S. Army como un arma táctica maravillosa para la defoliación; en 1965 el picloram era el herbicida clave de la guerra de Vietnam .
La jungla moría, al igual que lo hacían las plantaciones, y se extendía la hambruna y la malnutrición entre la población civil. Además, los efectos para la salud derivados de las dioxinas (cancerígenas) presentes en el 65% de dichos agentes químicos, en concentraciones 1.000 superiores a los que se usaban comercialmente, afectaron sobre todo a los vietnamitas, se estima que unos 4,8 millones estuvieron directamente expuestos , pero también los soldados estadounidenses estuvieron expuestos a los mismos, si bien sus superiores les informaron que no había ningún riesgo y aún no se ha realizado un estudio epidemiológico sólido y a largo plazo . A finales de 1969, cuando empezaron a publicarse análisis de los efectos perjudiciales para la salud, se comenzó a restringir el uso de los herbicidas más peligrosos, y unos meses más tarde, en mayo de 1970, finalizaron todas las misiones con herbicidas .
El 25 de noviembre de 1969, el presidente Richard Nixon, forzado por diversos escándalos con las armas químicas, declaró el compromiso de los EEUU con «no usar primero» las armas químicas letales, que hizo extensivo a las armas químicas no letales.
En la Agent Orange Act de 1991, el U. S. Department of Veterans Affairs reconoce 14 enfermedades asociadas con la exposición al agente naranja.