Spain is not different

En 1982, Eduardo Serra, un Abogado del Estado, fue nombrado subsecretario del Ministerio de Defensa, encargado de la adquisición de material armamentístico. Una de sus operaciones más sonadas, en 1983, fue la carísima (para las arcas públicas españolas) adquisición a EEUU de 72 aviones de combate F-18.

Tras la entrada de España en la OTAN, Eduardo Serra fue un gran valedor de EEUU y sus empresas de armamento, realizando continuos viajes comerciales a EEUU. En 1985, participó en la inauguración de la empresa española DEFEX, entidad de comercio armamentístico que requería de la contratación de un lobby autóctono para lograr que hubiese demanda de los productos armamentísticos españoles. Uno de los principales contactos de Serra para llevar a buen puerto estas operaciones comerciales fueron, principalmente, el histórico general, diplomático y director de la CIA, Vernon Walters, así como el menos conocido Frank Carlucci, funcionario y diplomático del servicio exterior en asuntos militares y de inteligencia, que en aquél momento se había pasado al sector privado, con la compañía, Sears World Trade, una sociedad con varias filiales dedicadas al negocio de armamentos y que asesora a las autoridades estadounidenses la compra y venta de misiles antiaéreos, aviones y otros equipos militares, y que dispone de su propio think-tank, el Hudson Institute.

En 1987, Serra se retiró de la actividad política, y entre otros cargos, asumió la presidencia de Telettra España, empresa de tecnología para la defensa que tenía numerosos contratos con el Estado.

En 1996, el PP ganó las elecciones, y José María Aznar, inesperadamente, lo nombró ministro de Defensa; parece ser que su nombramiento se debió a la presión del expresidente Felipe González, a través del también expresidente Adolfo Suárez y del rey Juan Carlos I, para que José María Aznar nombrara a Serra, y no a Gabriel Arias Salgado, que tenía la intención declarada de desclasificar los archivos secretos del CESID sobre la guerra sucia contra ETA . Serra cumplió perfectamente su papel y se opondría a dichas revelaciones a pesar de las resoluciones favorables del Tribunal Supremo.

La guerra en la antigua Yugoslavia contó con la participación del ejército español y sus F-18, que se pusieron al servicio de los EEUU, que habian hecho posible su onerosa compra más de una década antes. Serra también creó los denominados Programas Especiales de Armamento (PAE), unos planes que, en coherencia con el avance español en la OTAN, exigen una ambiciosa, constante y carísima renovación de la tecnología militar armamentística. Para ello, Serra se apoyó en un Secretario de Estado de Defensa, Pedro Morenés.

En 2000, Serra dejó el ministerio de Defensa, fue nombrado presidente del Real Patronato del Museo del Prado y, en 2001, pasó a presidir el Real Instituto Elcano de Estudios Estratégicos, un think-tank neoconservador español que, entre otros asuntos, ayudó a justificar académicamente la intervención la invasión de Irak, a pesar de que no existía ni mandato ni existencia de armas de destrucción masiva en dicho país.

Serra fue perfectamente compensado por sus servicios políticos, acumulando numerosos cargos en consejos de administración: las financieras UBS Warburg, Rotschild y Deutsche Bank, además de otras entidades clave como Nokia, Faes Pharma, Pharma Mar, Vodafone-ONO y Everis. Esta última tiene una destacable división aeroespacial y de defensa, lo que le ha llevado a establecer numerosos contratos con el Estado.

En 2011, Pedro Morenés, que estuvo como Secretario de Estado de Defensa con Serra, fue nombrado ministro de Defensa. Pedro Morenés, de familia perteneciente a la nobleza española, en 1988 comenzó profesionalmente en la Empresa Astilleros Españoles S.A., una empresa pública especializada en la construcción naval militar. Morenés también fue consejero de SAPA Placencia, empresa vasca dedicada íntegramente a la fabricación de armas pesadas y ligeras, así como explosivos y municiones.

Además del mencionado cargo de Secretario de Estado de Defensa con Eduardo Serra, en 2000 es nombrado secretario de Estado de Seguridad en el Ministerio del Interior,​ y finalmente, entre 2002 y 2004 fue secretario de Estado de Política Científica y Tecnológica en el Ministerio de Ciencia y Tecnología.

En 2004, el PSOE ganó las elecciones y Pedro Morenés pasó a la vida privada, siendo nombrado en febrero de 2005 Secretario General del Círculo de Empresarios (cargo que dejaría en 2010). Ocupó un cargo directivo en KuitVer Estudios, especializada en I+D militar que asesora a empresas militares y al propio Ministerio de Defensa. También dirigió Segur Ibérica, la empresa de seguridad privada más importante de España, con numerosos contratos con el Estado y en el Ministerio de Defensa. En enero de 2009 fue nombrado presidente del Consejo de Administración de Construcciones Navales del Norte y, en junio de 2010, director general para España de la empresa paneuropea de misiles MBDA, que suministra al Ministerio de Defensa español el misil Meteor para los aviones de combate F-18 y F-2000, por un coste de 100 millones de euros. MBDA, entre otros, también fabrica misiles portadores de cabezas nucleares.​ Asimismo, desde el 26 de agosto de 2005 y hasta el 30 de marzo de 2009 fue consejero de la entidad Instalaza, S.A., la principal fabricante española de bombas de racimo hasta 2008.

En abril de 2011 se supo que munición de racimo fabricada por Instalaza, estaba siendo utilizada por el entonces presidente libio Muamar el Gadafi contra las tropas rebeldes en la ciudad de Misrata. Sin embargo, lo anterior no impidió que Pedro Morenés fuera nombrado ministro de Defensa en 2011. De hecho, tras la prohibición en 2010 de fabricar en España las bombas de dispersión, la empresa Instalaza pidió una indemnización al Gobierno de 40 millones de euros, que posteriormente fue denegada. Pero durante la legislatura con Pedro Morenés como ministro de Defensa, la empresa Instalaza consiguió 32 contratos por un importe de 17 millones, dos de ellos conseguidos sin concurso, a dedo, por 3 millones (aparecido en Infolibre). Es decir, que Instalaza no recibió compensación alguna por sus inversiones en tecnologías aplicadas a las bombas de dispersión, pero en cambio se vio agraciada con una lluvia de contratos para suministrar explosivos a las fuerzas armadas españolas.

El ministro Pedro Morenés, nombraría como secretario de Estado de Defensa a Pedro Argüelles, que, además de provenir de una familia con estrechos vínculos con la monarquía borbónica, había sido jefe de gabinete del ministro Serra hasta 2000 y venía de presidir Boeing España, entidad que había absorbido en 1997 a Mc Donell-Douglas, la entidad fabricante de los F-18 adquiridos por Serra. Aunque Morenés intentó sin éxito que nombraran a su mentor, Eduardo Serra, como consejero delegado en Airbus, sí consiguió que se nombrara al Abogado del Estado Adolfo Menéndez, como presidente de la patronal de empresas de armamento, TEDAE, y como consejero de Indra por designación gubernamental, que también era vicepresidente y luego presidente de la Asociación Atlánica Española, patrocinada por las principales empresas de armamento del país y que también había sido presidida por Eduardo Serra .

Referencias