Influencia de Rusia en las elecciones de EEUU de 2016

En 2016, el gobierno ruso inició una campaña para interferir en las elecciones estadounidenses, a través de una red de empresas y ex-agentes de los servicios de inteligencia rusos. La intención era beneficiar al candidato más favorable a los intereses del gobierno ruso y/o, en última instancia, generar desconfianza en el sistema electoral estadounidense. La campaña que el gobierno ruso decidió apoyar fue la de Donald Trump.

Para ello, primero crearon miles de perfiles ficticios en redes sociales para difundir y apoyar los mensajes a favor de Trump y en contra de Hillary Clinton. La segunda táctica fue hackear las cuentas de email de voluntarios de la campaña de Clinton, obtiendo miles de documentos confidenciales que difundían para distraer la atención de noticias negativas contra Trump. Los ciberataques rusos se dirigieron también contra la propia infraestructura electoral, sus bases de datos y sistemas informáticos, pudiendo haber alterado o eliminado datos de registro de votantes.

Esta campaña rusa de interferencia en las elecciones estadounidenses motivó la creación de 17 comisiones de investigación diferentes, aunque ninguna llegó a vincular al propio Trump o su gabinete en la conspiración, ni tampoco se ha podido determinar hasta qué punto esta interferencia pudo manipular realmente los resultados electorales, aunque el ex-presidente Jimmy Carter declaró claramente que sin la intereferencia rusa, Trump no hubiera ganado las elecciones y era un «presidente ilegítimo».

Referencias