La geopolítica del petróleo vincula, una vez más, las guerras y la economía. En las dos grandes contiendas mundiales del siglo XX, las potencias rivalizaban por los yacimientos petrolíferos en Oriente Medio y en el norte de África. El proceso de descolonización y la nacionalización de yacimientos y empresas petroleras en Argelia, Libia o Arabia Saudí, permitió a los países de la OPEP utilizar los niveles de producción y los precios del petróleo como arma geopolítica contra el imperialismo estadounidense, en una zona altamente inestable en los años 70. Además, se produce en un contexto de pico del petróleo en Estados Unidos y, por tanto, de total dependencia de las importaciones petroleras.