El Consejo de Seguridad tiene la responsabilidad primordial de mantener la paz y la seguridad internacionales. El Consejo de Seguridad tiene 15 miembros y cada miembro tiene un voto. De acuerdo con la Carta de las Naciones Unidas, todos los miembros de la ONU convienen en aceptar y cumplir las decisiones del Consejo de Seguridad. Éste es el único órgano de la ONU cuyas decisiones los Estados Miembros, conforme a la Carta, están obligados a cumplir.
Cuando se le presenta una controversia, la primera medida del Consejo es generalmente recomendar a las partes que lleguen a un acuerdo por medios pacíficos, pero también puede imponer embargos o sanciones económicas, o autorizar el uso de la fuerza para hacer cumplir los mandatos. Sin embargo, el artículo 27 de la Carta de las Naciones Unidas establece que todas las cuestiones que no sean de procedimiento, requerirán el voto afirmativo «de todos los miembros permanentes«, es decir, China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos, con lo que se reconoce el derecho de veto de cualquier de ellos al votar negativamente una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.
La Carta de Naciones Unidas se aprobó justo después de la Segunda Guerra Mundial, momento en el que el consenso parecía un bien deseable y alcanzable. Sin embargo, la Guerra Fría entre EEUU y la URSS provocó que el máximo órgano mundial para la resolución de conflictos armados, quedara bloqueado en los casos más graves, conduciendo a la inacción internacional en crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, debido a que alguno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad ha buscado, directa o indirectamente, la protección de sus propios intereses.
EEUU y la URSS-Rusia han sido los países que más han utilizado el derecho de veto, pero no sólo hay que fijarse en el uso efectivo del veto , sino también el mayor número de resoluciones que ni siquiera se han presentado a votación porque alguno de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad ha amenazado con ejercer el veto.
Uno de los ejemplos más claros y sangrantes fue el de la crisis en la región sudanesa de Darfur, a partir de marzo de 2003 y el primer semestre de 2004, que supuso la limpieza étnica de cientos de miles de personas y el desplazamiento forzoso de varios millones, y donde el bloqueo del Consejo de Seguridad no se debió a ningún uso real del veto, sino a la falta de voluntad generalizada para impedir las matanzas de civiles, y no sólo hacer declaraciones o condenas retóricas .
No fue hasta tres años después de iniciado el conflicto armado, y tras algunos acuerdos de paz cumplidos sólo parcialmente, que el Consejo de Seguridad consiguió aprobar una resolución para, con el apoyo de la Unión Africana, crear una fuerza de mantenimiento de la paz en Sudán, pero sin establecer ningún tipo de sanción contra ninguna de las partes beligerantes.
Las únicas intervenciones militares ofensivas de la OTAN o EEUU, que han sido autorizadas por el Consejo de Seguridad de la ONU, fueron la Primera Guerra del Golfo (1991), la intervención militar en Haití (1994), y, en 2011, el ataque sobre Libia para el derrocamiento de Gaddafi.
El periodo de la Guerra Fría, a menudo se olvida, no sólo contuvo toda una serie de operaciones no bélicas (frías), sino que también fue una Guerra Caliente. La invasión de la bahía de Cochinos en Cuba (1961), la Guerra de Vietnam-Camboya-Laos (1964), la Guerra de Corea (1966-1969), la invasión de la isla de Grenada (1983), el bombardeo de Libia (1986), la invasión de Panamá (1989-1990), los bombardeos sobre Yugoslavia en la Guerra de los Balcanes, la invasión de Afganistán (2001), la invasión de Irak (2003), y la intervención en Siria (2014), se produjeron sin autorización del Consejo de Seguridad de la ONU, y sin ningún tipo de condena o sanción a los países intervinientes, principalmente EEUU.