Fundamentos y causas
- El sistema económico y social está sometido a los límites que impone la Física y sus leyes mecánicas y termodinámicas, que no es posible incumplir o infringir .
- El primer principio de la termodinámica establece que la energía ni se crea ni se destruye, sino que se transforma. En la vida cotidiana, toda aplicación energética supondrá que una parte de la misma se destine a realizar el trabajo útil que queríamos hacer, y otra parte se habrá disipado en forma de calor, pero no puede generar más energía que la que había .
- El segundo principio de la termodinámica afirma que siempre que intentemos aprovechar una fuente de energía para hacer algo, una parte de esa energía inevitablemente se perderá en forma de calor. La cantidad de energía disipada será mayor cuanto más rápido queramos realizar la transformación. Este segundo principio también nos dice que si tenemos que transformar la energía de un tipo (por ejemplo, eólica) a otro diferente (por ejemplo, eléctrica), tendremos que pagar un peaje, en forma de calor disipado, que será tanto mayor cuanto más diferentes sean los tipos de energía. Así, por ejemplo, se disipará menos energía (menos peaje), si la energía motriz del viento la transformamos en energía motriz de un molino que haga girar la rueda de moler grano (ambas son energías cinéticas, una lineal y otra de rotación), que si esa misma energía motriz del viento la tenermos que transformar en mover el alternador de un aerogenerador, que gira en un campo magnético autoinducido, que produce electricidad, pues una parte de la energía se perderá en forma de emisión electromagnética de baja frecuencia al disiparse en el aire. Por tanto, no hay transformación de la energía sin pérdida .
- El tercer principio de la termodinámica afirma que la única manera de transformar perfectamente la energía de trabajo útil es a temperatura igual al cero absoluto (-273,13 ºC). Esto supondría tener que hacer el trabajo con tal lentitud para evitar cualquier fricción, rozadura, imperfección o choque; en caso contrario, algo de energía se disipará en forma de calor. En definitiva, no puede haber, nunca, una eficiencia del 100%, salvo en ese cero absoluto .
- La materia ordinaria es extraordinariamente estable, con lo que resulta muy difícil, y requiere muchísima energía inicial, arrancar procesos que afecten al núcleo de los átomos. Por esto no es sencillo encontrar fuentes de energía abundantes, si no son resultado de transformaciones químicas complejas en las que se haya invertido mucha energía en procesos muy persistentes (por ejemplo, la acción de la presión y la temperatura durante millones de años sobre los estratos de algas enterradas hasta convertirlas en petróleo) .
- Vivimos sobre la superficie de un planeta que es aproximadamente una esfera de 6.366 kilómetros de radio. La cantidad de materia (minerales, tierra, aire, gas, agua, biosfera) sobre su superficie es finita, y sólo somos capaces de arañar, y con mucha penalidad, unos pocos kilómetros de la corteza terrestre. Incluso la energía que nos llega del Sol, inmensa como es, es una cantidad finita cada día .
- Las materias y la energía están limitadas por la finitud de la Tierra, y por el coste energético necesario para extraerlas (Tasa de Retorno Energético) y transformarlas (leyes de la termodinámica).
- Las transiciones de una sociedad cazadora-recolectora, a una sociedad agraria y, posteriormente, a una sociedad industrial, ha supuesto en cada momento un enorme incremento de la materia y la energía que se consume per cápita, y se le ha denominado progreso.
- La sociedad industrial se caracteriza por el hecho de que, a diferencia de las sociedades agrarias o de cazadores-recolectores basadas en energías renovables como la biomasa, el grueso de la energía empleada son energías fósiles y materiales y metales que prácticamente no reciclamos. Hemos pasado de una economía de la producción basada en las energías renovables, a una economía de la adquisición, porque no producimos los recursos en los que nos basamos, sino que es la naturaleza la que los ha producido y nos limitamos a extraerlos y transformarlos.
- En la disciplina económica convencional, los factores de producción son la tierra, el trabajo, el capital y la tecnología. Se dice que el factor capital es el que, combinado con los otros factores productivos, genera valor. Algunos autores y corrientes económicas ya están simplificando estos cuatro factores a simplemente dos (capital y trabajo), entendiendo que el factor tierra estaría incluido en el capital (capital natural), y la tecnología también sería parte de los medios de producción que consigue el capital. El capitalismo moderno, por tanto, ha reducido los recursos naturales y los servicios ecosistémicos, a una simple variable monetaria, que en la mayoría de las funciones y modelos económicos se representa como una constante o como unos recursos potencialmente ilimitados.
- El capitalismo requiere que el capital sea remunerado con un porcentaje de la masa invertida, esto es, el interés compuesto, y la posibilidad de que pueda pagarse ese interés compuesto del capital requiere que la economía (valor de cambio) crezca, incluso por encima del valor de uso de los bienes y servicios. Por ejemplo, un PIB que crezca anualmente un moderado 2,7% supondrá que el valor del PIB se duplicaría cada 25 años. Sin embargo, los recursos finitos de que disponemos en la Tierra (que no se duplican) hacen que cualquier tipo de crecimiento económico o humano que requiera de una base material, tendrá que detenerse llegado un momento. Imaginemos que España, que a principios del siglo XXI tiene un PIB anual de poco más de un billón de euros, si tuviera un crecimiento sostenido del 2,7% anual, en 100 años tendría un PIB de 16 billones de euros, equivalente al 80% de la economía estadounidense actual. ¿Cómo podría ser eso posible sin consumir 16 veces más los recursos materiales y energéticos? ¿Y quién consumiría todos esos bienes y servicios si no es una España con una población 16 veces mayor, con 750 millones de habitantes? Con esas tasas de crecimiento constantes, en dos siglos la población española tendría que ser de 19.200 millones de habitantes, más del doble de la población mundial actual , y parece que no quedará espacio para todos en la utopía capitalista.
- El capitalismo y su dogma neoliberal, se basa en la explotación de los humanos y de la naturaleza como si fueran variables exógenas del propio sistema, incluso como si fueran constantes o permanentes. Ello se debe a que los materiales o la energía, para el capitalismo, sólo son útiles o valiosos si se utilizan: un trozo de mineral de hierro no tiene gran valor en sí mismo, pero si aplicamos energía y trabajo para transformarlo en una plancha de metal, se revalorizará; si esa plancha la utilizamos luego para fabricar un coche, usando de nuevo mucha energía y trabajo, obtenemos un valor aún mayor. Por ello, la eficiencia o el ahorro energético es inútil para el capitalismo. Las materias o las energías ociosas que no se usen en algún sitio, serán invertidas en cualquier otro sitio, para que generen valor y se maximicen los beneficios, o simplemente decrecerá el PIB .
- Los sistemas económicos fundamentados en el comunismo, como los de la URSS o China (aunque una corriente de académicos marxistas rechaza que se trate de sistemas comunistas, sino de capitalismo de Estado ), tampoco son muy diferentes en cuanto a la perspectiva material y energética, puesto que también son extravistas y crecentistas .
- El racionalismo y la modernidad nos han llevado a creer que cualquier problema, incluido el de los recursos finitos del planeta, tendrá una solución racional, lógica y tecnológica. Sin embargo, hay problemas sin solución (como el crecimiento económico infinito en un planeta finito), o cuya solución exige replantear el problema.
- El economista inglés del siglo XIX, lord William Stanley Jevons, hizo una observación a raíz de la Revolución Industrial: a medida que las máquinas de vapor aumentaban su eficiencia, y se podía obtener más trabajo útil con menos carbón, en lugar de disminuir el consumo de carbón en Inglaterra, aumentaba la cantidad total de carbón consumido. Es lo que se conoce como la paradoja de Jevons. Ese efecto rebote que observó Jevons se debe a que conforme se mejora la eficiencia de una tecnología, se le encuentran más aplicaciones y usos que antes no eran considerados. Esta paradoja o efecto se produce con cualquier otro uso de materiales o de energía: cuanto más eficiente se es, más se usa, porque se introducen nuevas aplicaciones . Por ello, las teorías del desacoplamiento energético a nivel global, según las cuales se podría producir un crecimiento de la economía sin aumentar el consumo de energía, debido a incrementos en la eficiencia o a una economía basada exclusivamente en los servicios, se demuestran inviables .
- El factor que más riqueza económica crea es la energía, más que el capital o el trabajo humano. Según el economista Gaël Giraud, por cada punto porcentual que se incrementa el PIB de un país, el 60% corresponde simplemente a un aumento en el consumo de energía. Por tanto, el incremento de la actividad económica depende de la energía disponible, y, en consecuencia, una falta de energía producirá forzosamente una contracción económica. Desde el descubrimiento del petróleo y sus aplicaciones (que suponen el 86% de la energía primaria que se consume en el mundo), hemos vivido unas décadas de prosperidad económica (los Treinta Gloriosos), basada en el petróleo barato. Sin embargo, a partir de la crisis del petróleo de los años 70, se ha demostrado que el incremento del coste de la energía ha explicado las grandes recesiones vividas en el siglo XX y XXI . De hecho, se estima que cuando el porcentaje del PIB que se invierte en combustibles supera el 4% del PIB, se produce una contracción del PIB .
- Las nuevas reglas neocoloniales facilitaron la aceleración en la extracción de los recursos energéticos y minerales, permitiendo a su vez la expansión de la actividad económica y del proceso urbanizador a escala global. Los indicadores que muestran el creciente impacto de la actividad humana sobre el planeta, ya sea en términos de extracción de recursos o de generación de residuos, reflejan cómo esa expansión se acelera a partir de mediados del siglo XX, momento que da comienzo a lo que se ha denominado Gran Aceleración, un periodo excepcional de crecimientos lineales y exponenciales que ha conducido a la situación de extralimitación en la que ahora nos encontramos.
Impactos negativos
- Incremento constante del precio de las materias primas, los alimentos y la energía.
- Crisis económicas cíclicas para la destrucción del exceso de capacidad productiva, que deben ser sufragadas por los presupuestos públicos para realizar políticas keynesianas anti-cíclicas.
- Extinción de especies de forma masiva y pérdida de ecosistemas.
- Infertilidad o pérdida de suelo fértil de las tierras agrícolas sobre-explotadas.
- Incremento de la contaminación del aire, la tierra y el agua.
- Imposibilidad de cubrir las necesidades básicas como el agua potable o la alimentación, que provocan conflictos sociales, incluso armados, hambruna, problemas de salud, etc.
- Imposibilidad de que las generaciones futuras puedan utilizar los recursos fósiles consumidos por esta generación y las anteriores.
- Cambio climático inducido por el ser humano y su sistema de producción capitalista.
Casos y ejemplos
Pérdida de la fertilidad del suelo y la Revolución Verde
Concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera
Lucha contra el cambio climático global