Marion King Hubbert fue un geofísico que trabajó para la Shell Oil Company desde 1943 hasta 1964, y desde entonces para el United States Geological Survey, hasta que se retiró en 1976. Hubbert es especialmente conocido por sus estudios sobre la disponibilidad de las reservas de petróleo y gas natural. Predijo que la producción de petróleo de una reserva experimenta una evolución descrita por una campana de Gauss, alcanzando su máximo cuando la mitad del petróleo ha sido extraído y a continuación decayendo. En la reunión de 1956 del American Petroleum Institute en San Antonio, Texas, Hubbert hizo la predicción de que la producción total de petróleo de los Estados Unidos alcanzaría su pico a finales de la década de los 60 o a principios de los 70. Cuando en 1970 resultó que esta predicción se confirmó, Hubbert alcanzó una gran notoriedad. En 1975, cuando los Estados Unidos todavía sufrían la escasez de petróleo a causa de la crisis de 1973, la National Academy of Sciences confirmó la validez de los cálculos de Hubbert sobre la disponibilidad de petróleo y gas natural y reconoció que sus estimaciones anteriores que resultaban más optimistas estaban equivocadas. La curva usada en su análisis se conoce ahora como curva de Hubbert y el pico de la curva como pico de Hubbert.
A menudo se trata de refutar la teoría del pico del petróleo aduciendo que sus pronósticos no se han cumplido o que aún quedan muchas reservas de hidrocarburos líquidos, sobre todo con las nuevás técnicas de extracción como el fracking. La cuestión, a los efectos que nos ocupa, no es tanto que las reservas de hidrocarburos líquidos se agoten, algo para lo que probablemente deban pasar aún cientos de años para que ocurra, sino que el precio de los hidrocarburos líquidos sea tan bajo que convierta a muchas explotaciones en irrentables y se cierren (escasez de oferta) y/o que sea tan alto que no pueda ser adquirido por la mayoría de la población (escasez de demanda).
La crisis del petróleo de 1973, aunque fue precedida por múltiples crisis previas en EEUU desde el inicio del siglo XX , nos muestra un caso en el que los países productores de petróleo de la OPEP se pusieron de acuerdo para subir los precios del petróleo a nivel internacional y reducir el petróleo que ponían en el mercado, en represalia por la guerra del Yom Kippur. Los efectos de esta crisis se hicieron notar rápidamente a nivel bursátil y financiero, pero la población de muchos países pronto sufrió los efectos de la escasez, que llevó al racionamiento de la gasolina y se enfrentaron a largas colas en las gasolineras. La crisis se zanjó en marzo de 1974, pero en EEUU el racionamiento se aplicó hasta 1976. También se aplicaron otras medidas de ahorro energético, como la velocidad máxima de 90 km/h, se impuso el horario de verano entre el 6 de enero de 1974 y el 23 de febrero de 1975, y los tres grandes fabricantes de automóviles redujeron el tamaño de los vehículos para que tuvieran un consumo máximo de 9 litros a los 100 km.
En 1979 se produjo la segunda crisis del petróleo, motivada por revueltas en Irán y la guerra de Irán-Irak, disparando de nuevo el precio del petróleo por la carencia de exportaciones iraníes. Una vez más, las colas en las gasolineras se convirtieron en frecuentes, en parte por cierto pánico de la población. Esta segunda crisis del petróleo dio el golpe definitivo a una ciudad como Detroit, cuyo milagro económico estaba basado en la industria del automóvil, y el mercado optaba por vehículos japoneses y europeos, que supuso el despido de miles de trabajadores, pobreza, incremento de la criminalidad, emigración, vecindarios abandonados, y una mermada recaudación pública.
El pico del petróleo era una situación tan creible y tan temida que, desde principios del siglo XX, la administración estadounidense desarrolló una política exterior y de defensa con el fin de acceder a más reservas de petróleo, conforme se anunciaba (y confirmaba) que se aproximaba el pico de petróleo interior y que se iba a depender más del petróleo extranjero. La culminación más explícita de dicha política exterior estadounidense la consagraría el Presidente Jimmy Carter, en su discurso a la nación de 23 de enero de 1980, en el que afirmó, tras recordar que la invasión de Afganistán por la URSS situaba a ésta a menos de 500 km del Estrecho de Ormuz por el que circula gran parte del petróleo mundial, que «todo intento de una fuerza extranjera de tomar el control de la región del Golfo Pérsico será considerada un ataque a los intereses vitales de los Estados Unidos de América y tal ataque será repelido por cualquier medio necesario, incluida la fuerza militar». Carter obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 2002.
La realidad del pico del petróleo es algo confirmado por los principales expertos en la materia.
Producción. En 2006 se llegó al máximo de la producción del petróleo crudo convencional y lo certificó la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en su informe de 2010 . Gracias a la aportación del ‘fracking’ de EEUU postergamos hasta diciembre de 2018 el pico del conjunto de hidrocarburos líquidos. Desde entonces, estos están en un declive irreversible. El World Energy Outlook de 2020 de la AIE prevé que la producción podría llegar a caer hasta un 50% en 2025, en el peor escenario .
En julio de 2022, Arabia Saudí anunció, a través del Príncipe Mohammed bin Salman, que no podía incrementar su capacidad de producción por encima de los 13 millones de barriles diarios y anunciaba una «inflación sin precedentes, aumento de los precios de la energía, aumento del desempleo exacerbando los problemas sociales y de seguridad, incluyendo un aumento en los índices de pobreza, hambre y delincuencia» en los próximos años.
Nuevos yacimientos. Entre 1998 y 2014 las compañías multiplicaron por tres su esfuerzo para buscar nuevos yacimientos. Desde el 2014, viendo que estaban perdiendo muchísimo dinero, redujeron drásticamente su inversión, un 60% . Aunque la inversión en energías renovables ha aumentado bastante (40-60%), la inversión global se mantiene en niveles de 2014, a costa del gas y el petróleo:

El hecho es que el ritmo de descubrimiento de nuevos yacimientos de petróleo se ha visto reducido con el paso de las décadas, desde su pico en 1961-1965:

Además, los yacimientos cada vez tienen menor cantidad de petróleo, ya que los más grandes ya han sido descubiertos y están siendo explotados, y ninguno de los yacimientos más productivos ha sido descubierto después de 1979:

Crisis del diésel. El diésel es la sangre del sistema. Mueve los camiones, las excavadoras, los tractores e, indirectamente, los barcos. El diésel es un combustible que se obtiene del crudo convencional (cuyo pico de producción fue en 2005), y el petróleo del fracking, el petróleo ligero de roca compacta, no vale para hacer diésel. Por eso en 2015 llegamos al pico de la producción de diésel. En 2019 la producción empezó a bajar y en 2021 se está estrellando: cayó cerca de un 10% respecto a los máximos. Todo ello ha contribuido a que el coste del transporte por barco se haya multiplicado por 10 desde 2020. Esta situación también ha hecho que se incrementen los costes de los trabajos de minería en todo el mundo. Algunas minas están electrificadas, pero la mayoría, no. Todo en ellas se hace con diésel .

Tasa de Retorno Energético (TRE). El TRE se calcula dividiendo la cantidad de energía total que es capaz de producir una fuente de energía y la cantidad de energía que es necesaria “invertir” para explotar esta fuente. Un TRE alto indica una fuente de energía “rentable” (en términos energéticos), un TRE de 1 indica la cantidad de energía “invertida” y producida es la misma, por lo cual no aportaría energía extra al sistema, mientras que un TRE menor de uno indicaría que se trata de un sumidero energético, una fuente que aporta menos energía neta que la que es necesario invertir. Cada yacimiento de petróleo tiene un TRE distinto, y, en promedio, el TRE de los yacimientos descubiertos ha ido disminuyendo a lo largo del tiempo. Los yacimientos con un petróleo de más calidad y cercanos a la superficie y, por tanto, más fácilmente explotables, fueron los primeros en explotarse. Posteriormente se han ido explotando yacimientos de más difícil acceso, y que, por lo tanto, tienen menores TREs. En el cómputo global, por tanto, a partir del cénit de extracción no sólo hay cada vez menos petróleo, sino que además se explotan yacimientos con cada vez menor TRE y, por tanto, con un precio más caro .
Apagones. Los grandes apagones son una de las mayores amenazas de las electrificadas sociedades modernas. Las causas debidas a fallos técnicos o causas meteorológicas (rayos, huracanes, inundaciones) son múltiples, aunque algunas apuntan a causas subyacentes más importantes, debidas a niveles de consumo de electricidad por encima de lo que soporta la red, o bien a problemas de producción.
El apagón del Noroeste de EEUU en 1965, fue causado por un consumo elevado en un noviembre muy frío, y dejó a 30 millones de personas sin electricidad durante 13 horas.
El apagón de Nueva York de 1977, afectó a menos población, pero se produjo en un contexto de crisis financiera y una ola de calor, que provocaron saqueos, vandalismo e incendios por toda la ciudad. Sin embargo, más recientemente estamos viendo algunos apagones debidos a déficits energéticos y fenómenos meteorológicos extremos debidos al cambio climático.
Los apagones de la India del 30 y 31 de julio de 2012 vinieron originados por el calor intenso y que había llevado a la red eléctrica a niveles extremos nunca vistos en la capital, Nueva Delhi. Debido a la tardía llegada de los monzones, las zonas agrarias de los estados indios del Punyab y Haryana demandaron más suministro eléctrico del habitual para la irrigación de los arrozales. Asimismo, y como consecuencia de la llegada tardía de los monzones a la India, las plantas hidroeléctricas generaron menos de su producción habitual para esas fechas. El apagón afectó a más de 620 millones de ciudadanos, alrededor del 9% de la población mundial, o lo que es lo mismo, la mitad de la población de la India; y eso que el 25% de la población aún no tiene acceso al suministro eléctrico.
Los apagones de febrero de 2021 en Texas se debieron a una tormenta invernal que llegó a los -19 ºC (la temperatura más baja registrada desde 1942), produciéndose un pico de demanda que exigió cortes rotatorios, para que los equipos no se incendiaran y las líneas eléctricas no cayeran, lo que podría resultar en un apagón mucho más severo. Durante el pico del evento, más de 5 millones de personas en Texas se quedaron sin electricidad, algunas durante más de 3 días, falleciendo como consecuencia del frío 70 personas. Además, el frío congeló e hizo estallar tuberías de agua, con lo que más de 12 millones de personas se quedaron sin suministro de agua, y algunos tuvieron que coger agua del rio San Antonio. Muchas tiendas de comestibles se vieron obligadas a cerrar debido a la falta de energía y, de las que permanecieron abiertas, se agotaron por completo muchos artículos básicos como pan, leche y huevos. La crisis de Texas duró desde el 10 al 27 de febrero.
En Asia Central (Kazajistan, Uzbekistan, Tayikistan), desde octubre de 2021, y durante 90 días, han estado sufriendo cortes continuos de electricidad por la sequía que ha afectado a la generación hidroeléctrica, así como problemas de suministro de gas natural para las centrales térmicas, que son las principales fuentes de estos países.
El apagón del Líbano, también en octubre de 2021, se produjo cuando dos centrales de generación eléctrica del país se quedaron sin combustible, causando que se apagaranm, afectando a todo el país, unos 6 millones de personas, aunque sólo durante un día.
En China, también entre septiembre y octubre de 2021, se tuvieron que implantar medidas de racionamiento y corte del suministro eléctrico, por problemas para generar electricidad. Los motivos que explican la situación son unos cuantos, pero destacan tres: el pico de demanda energética a raíz de la recuperación de la economía china después de casi un año y medio anestesiada por la pandemia, la subida global de los precios del gas y del carbón (en parte debido al pico del diésel) y las medidas para reducir las emisiones de CO2. La falta de electricidad está afectando a la producción industrial china, y le está llevando a acaparar materiales (cada vez más escasos) para montar un plan de choque de transición energética (y de paso desviar la atención de la crisis originada por la quiebra de la inmobiliaria Evergrande).
En Europa, además de cortes a nivel nacional, el 8 de enero de 2021 un incidente pudo suponer un apagón en gran parte de Europa, ya que se produjo un desfase de frecuencia entre la red de la zona Noroeste y la de la zona Sureste. El incidente no llegó a más, porque se desconectaron los servicios interrumpibles contratados en Francia e Italia, en total alrededor de 1,7 GW, para reducir la desviación de frecuencia. El problema es que las posibilidades de que ocurran eventos de este tipo han ido en aumento a medida que se han ido instalando más y más sistemas renovables en una red cada vez más grande e interconectada. Mientras tanto, el coste de la electricidad en Europa se dispara, fruto de la escasez de gas y del mantenimiento del sistema marginalista en la fijación del precio del mercado mayorista , y Austria difunde planes de respuesta ante apagones masivos, que los considera inevitables.
Los apagones en diversas partes del mundo han aumentado, como en Puerto Rico, Cuba, Venezuela, China, Bangladesh, Pakistán, India, o Sri Lanka, y países como Noruega están limitando las exportaciones eléctricas, o como Australia recomendando a los ciudadanos apagar las luces.
Los racionamientos de combustible se han producido en Sri Lanka, Túnez, Laos, Hungría, Liberia, Sudáfrica y Nigeria (a pesar de ser uno de los principales productores de petróleo del mundo). En Canadá las aerolíneas también han tenido problemas de suministros de combustible.