La verdad es la primera víctima de la guerra. Una frase atribuida a distintas personas a lo largo de la historia, pero que se ha podido comprobar empíricamente en diferentes guerras, no solo durante la misma, sino también antes y después. Probablemente uno de los casos en los que el uso de la propaganda de los medios de comunicación de masas, consiguió manipular de tal manera a la población hasta provocar una fraticida guerra civil, fue el caso de Yugoslavia. Antes de la guerra, las encuestas que se realizaban a la población yugoslava indicaban que veían como improbable el conflicto con personas de otras etnias y, de hecho, vivían en bastante armonía. La propaganda utilizada por los distintos medios de comunicación afines a los respectivos partidos y políticos nacionalistas, fueron los que alimentaron el odio mutuo, tergiversando la realidad, manipulando los símbolos nacionales y repitiendo una y otra vez que «los otros» quieren exterminarnos, hasta que finalmente la profecía fue auto-cumplida y estalló una guerra civil y un genocidio .