Dinero como deuda

Fundamentos y causas

  • La base del capitalismo es el aumento continuo del capital. Más y más capital requiere una oferta monetaria creciente.
  • El dinero se puede basar en papel-moneda (emitido por el banco central) o en asientos contables (dinero bancario), actualmente totalmente digitalizados y virtuales.
  • El dinero soberano ha pasado de un sistema respaldado por las reservas de oro de los respectivos países (patrón oro), a un modelo de dinero fiat o fiduciario, es decir, que el dinero viene respaldado por una mera declaración del Estado en un decreto o regulación gubernamental.
  • El valor que el mercado le da a una moneda depende totalmente de la confianza que merezca la economía y las finanzas del correspondiente país: si hay crecimiento económico y una inflación controlada, hay confianza de los mercados de capitales, y deja de haber confianza en el caso contrario. La pérdida de confianza en el valor de una moneda supone que las operaciones comerciales internacionales se trasladan a otras monedas cuyas economías dan más confianza a los mercados de capitales. Las monedas de menos confianza se deprecian en el mercado internacional de divisas (a ese país le costará más caro importar bienes y servicios), y las de mayor confianza se aprecian.
  • El capital debe moverse libremente, sin limitaciones o intervenciones estatales, sin fronteras, sin obstáculos, sin costes, para que engrase los procesos económicos y la economía crezca. Cualquier otra prioridad económica o social debe ceder en favor de la libertad del movimiento nacional e internacional de capitales y mercancías.
  • La oferta monetaria crece a medida que crece la economía. El dinero sólo se crea cuando hay actividad económica de empresas u hogares que piden créditos para invertir o para consumir.
  • Las empresas necesitan una cantidad de dinero (que no tienen totalmente) para comenzar a producir los bienes y servicios, puesto que tienen la creencia de que van a vender a los consumidores y obtener unas ganancias o beneficios (rentabilidad), esto es, que van a recibir más de lo que aportan.
  • La economía crece a medida que crece la oferta monetaria. La expectativa de ganancias depende del crecimiento de la oferta monetaria, porque si no, no habrá consumidores que puedan pagar las ganancias que la empresa espera obtener de la venta de los bienes y servicios.
  • Los emprendedores y los consumidores buscan en los bancos un dinero que no tienen con la promesa de devolverlo más unos intereses. Los bancos (centrales y comerciales) tampoco tienen ese dinero realmente, pero tienen el privilegio de crear dinero que aún no se ha ganado por ningún actor económico, por medio de los créditos y préstamos. El pago de un nuevo crédito supone un simple asiento contable de abono en la cuenta de la persona solicitante del préstamo o crédito, y el correlativo asiento contable de cargo en la contabilidad de la entidad financiera que aumenta su balance financiero.
  • Los créditos siempre conllevan el pago de un determinado tipo de interés (interés compuesto), además del capital principal prestado.
  • Los bancos no se dedican a prestar el dinero que han depositado sus clientes en sus cuentas, no se limitan a captar depositos y prestar una proporción de esos depósitos que tienen de sus clientes, sino que lo crean de la nada en cuanto se concede un préstamo o crédito. El dinero bancario se crea con la emisión de créditos (deuda). El banco no necesita disponer de la misma cantidad de dinero que los créditos que emite (reserva fraccionaria). Para generar confianza, los Estados garantizan la devolución de una cantidad máxima por cuenta en caso de quiebra de la entidad financiera, lo cual hace que los bancos sean demasiado grandes para dejarlos caer y siempre sean rescatados por el gobierno antes de quebrar aumentando el riesgo moral en la banca.
  • Los bancos centrales estimulan con intereses bajos que los bancos concedan créditos para estimular el crecimiento económico, pero los bancos comerciales no necesitan la autorización de los bancos centrales para decidir la emisión de créditos. En las crisis financieras, los bancos centrales pueden llegar a comprar directamente activos del mercado de capitales (principalmente, deuda pública) para inyectar liquidez en el sistema, con lo que este mecanismo de creación del dinero también está basado en la deuda.
  • Los bancos sólo conceden créditos a las personas que son capaces de obtener ganancias o beneficios capaces de pagar el capital principal prestado más los intereses. En un entorno de expectativa de crecimiento económico, los bancos son más proclives a conceder créditos, porque es más probable que las personas endeudadas consigan el dinero necesario para pagar el capital principal más los intereses, y viceversa.
  • Las personas que han recibido un crédito se ven obligadas a involucrar a otros actores y procesos del sistema para crear suficientes ingresos como para devolver el dinero prestado más un interés y, además, mantener un margen de beneficio.
  • El crecimiento económico significa que cada año se producen y compran más bienes y servicios que el año anterior, lo cual requiere más dinero que el año anterior para que puedan comprarse, y esto a su vez implica que se deben emitir más créditos, porque no hay suficiente dinero en circulación para pagar ese incremento de producción. Esta paradoja sólo funciona, mientras funciona, y los bancos centrales diseñan su política monetaria para que no se pare la cadena.
  • Cuando se pagan los créditos, se cancela la deuda, y el dinero desaparece, es decir, hay menos dinero en circulación. Si hay menos dinero en circulación, hay menos crecimiento económico, con lo que es necesario emitir nuevos créditos inmediatamente que son reembolsados, para que no se estanque la economía.
  • Para que se emitan inmediatamente nuevos créditos, debe haber constantemente nuevas oportunidades de inversión que prometan beneficios para que se les concedan nuevos créditos: nuevos modelos de negocio, nuevos productos, nuevos servicios, nuevos mercados, etc. La innovación es esencial para que las empresas prometan suficientes expectativas de beneficio, los bancos concedan los créditos y se produzca crecimiento económico.
  • Sin crecimiento económico las empreas no pueden pagar los dividendos de las acciones que emiten para financiar las inversiones, ni los intereses de los préstamos. Si la financiación obtenida se aplica a crear bienes y servicios equivalentes, se debe conseguir una plusvalía a costa de los/as trabajadores/as o de los/as consumidores/as, que necesitarán endeudarse a su vez para que el sistema pueda crear el dinero necesario para pagar esa plusvalía (intereses y beneficios).
  • La progresiva reducción de la tasa de rentabilidad empresarial hace que muchas empresas ofrezcan servicios financieros y créditos de los que obtener beneficios, vía intereses, que en muchas ocasiones suponen un mayor volúmen que las ganancias derivadas de su actividad económica principal.
  • La deuda pública es la que financia aquellos bienes y servicios que el sector privado no considera que tienen suficiente potencial de ganancia que merezca la pena endeudarse, pero indirectamente la deuda pública (servicios públicos, estado de bienestar) financia las ganancias de las empresas privadas porque los particulares que reciben las prestaciones públicas continúan circulando el dinero.
  • Cuando los hogares y particulares acumulan activos privados, el Estado tiene que inyectar dinero con deuda pública, para evitar que la oferta monetaria se reduzca. La deuda pública la generan los Estados emitiendo bonos (que prometen una tasa de interés como beneficio para las personas que los compran) que se venden en los mercados de capitales (que transaccionan acciones o bonos) a través de bancos acreditados, que crean dinero bancario nuevo para comprar dichos bonos de los Estados. Por tanto, cada nueva emisión de bonos de los Estados, crea dinero nuevo y aumenta la oferta monetaria.
  • Un Estado con crecimiento económico e ingresos fiscales está en una mejor posición para pagar los bonos del Gobierno, es decir, deuda más intereses, cuando venzan.
  • La deuda pública, por un lado, aumenta la oferta monetaria para que la economía privada siga obteniendo beneficios, es decir, para ingresar más dinero del que gasta, y, por otro, los beneficios ahorrados pueden reinvertirse en bonos del Gobierno, generando más beneficios a los inversores.
  • El sistema funciona porque todo el mundo cree y desea que el sistema capitalista funcione, aunque no sea lógico ni razonable; sólo tiene que seguir funcionando. Los países cuyas economías no funcionan, se dice, desde una postura de superioridad, arrogancia y racismo del Norte global, que es debido a la corrupción, vagancia y ausencia de espíritu emprendedor del Sur global, y que, en definitiva, se merecen las crisis económicas y financieras que sufren.

Impactos negativos

  • La producción económica se incrementa al mismo ritmo que la deuda, a la vez que la concentración y la desigualdad en el reparto de la riqueza van aumentando constantemente.
  • La economía crece a la vez que se emiten créditos (se crea deuda). Si los bancos no conceden créditos a las empresas, la actividad económica se estanca.
  • Los créditos crecen a medida que crece la economía. Si no crece la economía, no hay expectativa de beneficio que permita la devolución del capital prestado más los intereses.
  • Sólo los proyectos con ánimo de lucro, de explotación y desarrollo, obtienen financiación. Los proyectos de economía estacionaria no generan beneficios y, por tanto, no se encuentra financiación para ellos.
  • La oferta monetaria ha crecido constantemente desde la Segunda Guerra Mundial, pero se ha concentrado en pocas manos.
  • El dinero bancario supone el 90% del dinero emitido.
  • La economía crece con la deuda y el actor clave del capitalismo es el deudor, que hace posible las ganancias y el crecimiento de los activos de otros.
  • Las ganancias de hoy son las deudas de mañana. Las deudas de hoy son las ganancias de mañana.
  • La acumulación de activos siempre implica una acumulación de deudas. Los países en los que se ha acumulado una gran riqueza privada, también tienen altas deudas públicas, es decir, el Estado acumula más deuda a medida que las empresas y hogares privados acumulan activos. La acumulación de activos por los hogares se concentra en unos pocos hogares ricos, que aparecen disimulados si sólo analizamos los promedios globales. Las tasas de crecimiento de los más ricos son bajas, pero se producen sobre una gran masa de activos, lo cual hace que haya un crecimiento absoluto muy alto, mayor que las grandes tasas de crecimiento de los activos pequeños. Así pues, las diferencias absolutas entre ricos y pobres aumentan.
  • Los bancos centrales incentivan el aumento de la deuda pública porque estimula el crecimiento económico, pero los mercados de capitales pueden perder la confianza en esas economías demasiado endeudadas y se acaba el crédito y el crecimiento económico. Los gobiernos se ven obligados a desarrollar políticas orientadas exclusivamente al crecimiento económico para no perder la financiación de los mercados de capitales para infraestructuras, educación, salud, etc. Los gobiernos ya no presentan planes económicos rentables para la ciudadanía, sino para calmar y generar confianza en los mercados de capitales.
  • Los bancos centrales se convierten, en los Estados sobreendeudados (como se define a los PIIGS: Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España), en deudores de último recurso. Pero esto se hace más difícil conforme el volumen global de duda aumenta, y las economías nacionales entran en default, implantándose programas de ajuste o reforma estructural donde se impone la austeridad (austericidio) con recortes de servicios públicos y políticas sociales (salud, educación, pensiones, ayudas al desempleo, etc.), aumento del desempleo, y restricción de la libre disposición de dinero en efectivo de plazos fijos, cuentas corrientes y cajas de ahorros impuesta por el gobierno («corralitos» financieros o bancarios).
  • La quiebra de las economías nacionales por exceso de endeudamiento público también arrastra a los fondos privados, ya que muchos de ellos han invertido en deuda pública.
  • Cada país soberano suele disponer de una moneda soberana, sobre la que tiene el monopolio de su emisión, y garantiza que cuando se tengan que pagar los bonos de deuda pública en dicha moneda, los fondos estarán ahí para el pago en el momento de su amortización. En la eurozona, los Estados miembro recaudan impuestos en euros, pagan en euros, pero, en cambio, no pueden emitir euros, ya que lo hace otra entidad, que es el Banco Central Europeo. Por tanto, para los países miembro de la eurozona, el euro no es una moneda soberana, sino que juega como una moneda extranjera, y esto es un problema a la hora de pagar la deuda pública.
  • En las crisis económicas, la única opción real que ofrecen los economistas convencionales es aumentar la masa monetaria inyectando dinero público en las entidades financieras y las grandes empresas, a costa de los servicios públicos y las políticas sociales.
  • En las crisis económicas, los think tanks y medios de comunicación neoliberales popularizan los discursos de culpabilización de las economías débiles, debido a excesos populistas de las políticas sociales que, regalando el dinero con «paguitas», incentivan la vagancia y la falta de emprendimiento, y debido a que forma parte del estilo de vida, creencias e incluso genética de la población el no trabajar duro, derrochar y vivir «por encima de sus posibilidades», justificando así la idea y las propuestas de que esas poblaciones no son capaces de gobernarse a sí mismas, y que por eso deben ser los tecnócratas neoliberales los que gobiernen a dichas poblaciones, en contra o pisoteando sus decisiones y gobiernos, incluso aunque hayan sido democráticamente elegidos.
  • En el sistema capitalista, el crecimiento económico enriquece mucho más a los ricos que al resto de ciudadanía, que vive empobrecida, precarizada y endeudada; pero la falta de crecimiento económico, por cualquier motivo, conlleva un colapso financiero de los gobiernos y las empresas, y también un empobrecimiento de la población.

Casos y ejemplos

La parábola del perro

Gran Depresión de 1929

La Gran Recesión (2008)

Los dogmas neoliberales del Pacto de Estabilidad de la UE

Disciplinamiento de Grecia

Japón: del milagro económico al estancamiento

Dolarización: la guerra por otros medios

Dolarización: ¿salvavidas o lastre?

Crisis financieras de los «Tigres Asiáticos»

Burbuja puntocom: «crece o desaparece»

Crisis sistémicas, capitalismo en crisis y un sistema capitalista de la crisis

Referencias