Disciplinamiento de Grecia

La razón inmediata de la solicitud de asistencia financiera por parte de Grecia fue la necesidad de un préstamo de 9.000 millones de euros para pagar la deuda que vencía el 19 de mayo de 2010. Teniendo en cuenta que, en la primavera de 2010, los costes de financiación en los mercados de la deuda griega aumentaron hasta cotas insostenibles, el Gobierno griego tuvo que buscar financiación alternativa en un corto período de tiempo.

Los sucesivos programas de financiación y ajuste que ha tenido Grecia fueron los siguientes: Grecia I (2010-2012) por 110.000 millones de euros; Grecia II (2012-2015) por 172.600 millones de euros; Financiación puente (2015) por 7.160 millones de euros; y Grecia III (2015-2018) por 86.000 millones de euros. La financiación era aportada por la Comisión Europea, por el Banco Central Europeo y por el FMI («la Troika»).

El primer programa de financiación (Grecia I), con una deuda pública del 113% del PIB y una amenaza de tener que imponer un «corralito» bancario, incluyó unas fuertes condiciones de ajuste presupuestario en el gasto público que tuvo que aceptar el gobierno socialista de Papandréu:

  • Disminuir el déficit desde el 13,6% del PIB al 8,1%.
  • Congelar durante tres años los salarios de empleados públicos, eliminar las dos pagas extras anuales de los que recibían una remuneración mensual mayor a 3.000,00 €.
  • Los jubilados con pensiones mayores a 2.500,00 €/mes pierden también sus dos pagas extras anuales.
  • La edad de jubilación se establece con un mínimo de 60 años, y el nuevo cálculo para las pensiones se relaciona con toda la vida laboral y no con los últimos años.
  • Aumentar el IVA en dos puntos adicionales hasta el 23%. Incrementar en 10 puntos porcentuales los impuestos sobre tabaco, alcohol y combustibles; y crear nuevos impuestos especiales para empresas con elevados beneficios y se establecerán nuevas medidas impositivas a compañías relacionadas con el azar, los productos de lujo y la propiedad inmobiliaria.
  • Liberalizar profesiones cerradas por distintas reglamentaciones gremiales, como la de los taxistas y la de los propietarios de camiones, y se facilitó el despido, con una indemnización menor a la actual.
  • El Estado debe vender o reducir su presencia en empresas semipúblicas o públicas y se liberalizarán los sectores de la energía y el transporte.
  • Reducir el número de municipios y entidades administrativas locales de 1.300 a 340 para ahorrar costes operativos.

En 2012 hubo elecciones en Grecia y, visto que la ayuda del programa Grecia I fue insuficiente, el gobierno conservador de Andonis Samarás solicitó más ayuda financiera (Grecia II), acompañado de una serie de compromisos y condiciones:

  • Recorte del gasto en 14.300 millones de euros y recaudación de 14.100 millones hasta 2015, situando así el déficit por debajo del 3% del PIB en ese año.
  • Impuesto solidario de entre el 1 y el 4% a las rentas más altas. Para ministros, parlamentarios y otros cargos públicos con ingresos importantes el impuesto es del 5%.
  • Incremento en 300 euros anuales los impuestos a profesionales que trabajan por cuenta propia, como abogados, fontaneros o taxistas. Y se reduce el mínimo exento de tasación de los 12.000 a los 8.000 euros, aunque quedan excluidos los trabajadores de menos de 30 años y los pensionistas, y se crea un impuesto inmobiliario especial para los propietarios de bienes de más de 200.000 euros.
  • El IVA para bares y restaurantes pasa del 13 al 23% y se refuerza la lucha contra la evasión fiscal y el trabajo informal.
  • El Estado prevé disminuir a 150.000 empleos públicos, el 25 % del total.
  • Para generar un ahorro de 5.355 millones, desde 2012 a 2015 se eliminarán las prestaciones sociales y las subvenciones, y se redujeron la cantidad de escuelas, hospitales y cuarteles de la policía.
  • Se reduce el gasto sanitario hasta 2015 en 2.100 millones de euros mediante la racionalización de las prescripciones y con fármacos más baratos.
  • Por primera vez en tres décadas se reduce el gasto militar, el más alto porcentualmente de los países europeos de la OTAN con cerca del 4% del PIB.
  • El Gobierno comenzará el proceso de privatización del monopolio de apuestas y loterías OPAP, la empresa de gestión de aguas de Salónica y de Atenas, refinerías, empresas eléctricas, el ATEbank, así como la gestión de puertos, aeropuertos, autopistas, derechos de explotación de minas y bienes muebles e inmuebles estatales.

El malestar de la población fue creciendo, con protestas y huelgas en las calles, mientras los países de la eurozona y el BCE no se plantean ni siquiera hacer una quita a la deuda griega. El paro es superior al 25% y alcanza el 50% entre los jóvenes; un tercio de la población bajo el umbral de pobreza; tres millones de personas sin cobertura sanitaria normalizada. Los movimientos más radicales, tanto de izquierda como de derecha, empiezan a tener mayor auge.

La victoria en las elecciones de 2015 de la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza, por su acrónimo en griego) venía aparentemente a confirmar un cambio de rumbo en Grecia. La Comisión Europea decide terminar el denominado “populismo” y pide a una ya casi devastada Grecia que ajustase aún más sus medidas. Tras meses de negociaciones del primer ministro, Alexis Tsipras, y su ministro de Economía, Yanis Varoufakis, con la Troika, el programa de ajuste al que se condicionaba la ayuda era el siguiente:

  • Grecia mantiene su planteamiento de reducción del monto de la deuda.
  • La Comisión Europea podría aceptar un IVA de 13% al sector turístico (su petición original era de 23%), pero el gobierno griego insiste en un trato diferenciado (9%) a las islas.
  • Tsipras pide extender un año (de finales de 2016 a finales de 2017) la exigencia a las empresas de adelantar por un año el pago del impuesto a sociedades.
  • El gobierno griego acepta retirar paulatinamente el tratamiento fiscal especial a los agricultores, pero ello sería a fines de 2017.
  • La UE solicita que el gasto militar (que representa alrededor de 2% del PIB) se reduzca de inmediato en 400 millones de euros. Grecia acepta reducirlo en 200 millones para 2016 y el resto para 2017.
  • Ambas partes aceptan retrasar la edad de jubilación de los 65 a los 67 años, pero la UE pide que sea a partir de julio y el gobierno griego lo aplicaría en octubre.
  • En el mismo tema de las pensiones, el gobierno se compromete a eliminar el complemento que se le concede a las que no llegan a un mínimo preestablecido, pero lo haría a partir de 2019 y lo mantendría para 20% de los jubilados más pobres.
  • La Comisión Europea desea que en el mercado de trabajo se mantenga la situación de debilidad prevaleciente antes de que estallara la crisis y que cualquier cambio debe ser acordado por la Troika, en tanto que el gobierno griego ofrece contar con un nuevo marco para el otoño de 2015.
  • Mientras la UE exige la privatización de la empresa estatal de electricidad, Tsipras plantea un esquema para mantenerla bajo control oficial.
  • El gobierno griego acepta las otras privatizaciones de empresas estatales (en agosto, por ejemplo, se vendieron 14 aeropuertos griegos a un consorcio alemán).
  • Grecia acepta adoptar medidas para liberalizar el funcionamiento de algunos mercados pero a condición de que se le permita mantener la vigilancia necesaria a fin de evitar prácticas oligopólicas en sectores como la construcción, la agricultura o los medios de comunicación.

En esta situación, una vez rotas las negociaciones, Tsipras decide someter a referéndum el plan de ajuste propuesto por la Troika, que se celebró el 5 de julio de 2015. Sería el segundo referéndum desde 1974 y el primero sobre una materia que no afecte a la forma de gobierno. Los burócratas de Bruselas comenzaron a removerse en sus sillones. El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, desautorizó la propuesta de la consulta popular por no considerarla una buena idea: “Costaría dinero, crearía una gran incertidumbre política y no creo que tengamos tiempo; no creo que los griegos tengan tiempo para esto”. A nivel nacional, los partidos Nueva Democracia e incluso los supuestos socialistas del PASOK respondieron preparando una moción de censura contra el gobierno. El 29 de junio la Troika obligó a que el Banco Central de Grecia recomendara a sus bancos que cierren, a introducir un control de capitales, y la Bolsa de Atenas tampoco abrió; el «corralito» griego duró hasta el 7 de julio, después del referéndum.

Tsipras pidió el voto del «no» a los griegos, al igual que se posicionaron los premios en ciencias económicas en memoria de Alfred Nobel, Paul Krugman y Joseph Stiglitz, ambos estadounidenses. El 61,31% de los votantes griegos también dijo «no» a los ajustes que imponía la Troika. Al día siguiente del referéndum, el combativo ministro de Finanzas de Grecia, Yanis Varoufakis, una figura molesta en Bruselas, anunció su dimisión porque creía que así podía ayudar al Gobierno a alcanzar un acuerdo con las instituciones europeas. En una entrevista a Varoufakis, contó uno de sus recuerdos durante las largas negociaciones: “En mi primera reunión en el Eurogrupo me dijeron: No se puede permitir que la democracia cambie la política económica«.

El riesgo de un «grexit» se desvaneció finalmente tras aceptar el gobierno griego las condiciones impuestas desde Bruselas, tan sólo ocho días después del referéndum que rechazó la propuesta de la Troika; vencieron los dogmas neoliberales sobre la democracia griega. Tsipras consiguió mantenerse en el cargo y asegurar cierta normalidad política, pero sus principales medidas supusieron una continuidad de reformas que él mismo criticó. La visión de la impopular Troika terminó imperando sobre la inicial rebeldía helena y sus decisiones democráticamente adoptadas. La indignación de la población se transformó en resignación, la austeridad se consagró como la única alternativa posible y prevaleció la visión de que la responsabilidad de la crisis es de los propios griegos, quienes deben atajar sus problemas de deuda y déficit a la par que mejorar la competitividad de su economía. El disciplinamiento griego fue un ejemplo para otros países con problemas financieros como España, Portugal o Irlanda, cuyas elecciones democráticas optaran por soluciones alejadas a la doctrina neoliberal y de los programas de ajuste estructural e implantación de Estados mínimos.

Los resultados de los programas de austeridad impuestos a Grecia por la Troika, fueron totalmente ineficaces:

  • Según los datos que maneja el Banco Mundial con respecto al cálculo del PIB en PPA a precios constantes de 2011, desde el 2009 al 2017 se ha tenido una reducción del PIB de un 27,82% y, sin embargo, desde el 2000 al 2009 se había tenido un incremento del 20,59%. Se podría decir que lo que se construyó en casi una década, fue deshecho en menos 8 años gracias a la crisis y la manera en la que se ha afrontado.
  • La deuda pública griega ha alcanzado el 171% del PIB del país, de acuerdo a los datos de la oficina de estadísticas europea Eurostat.
  • Un estudio hecho con el apoyo del Instituto alemán Hans-Boeckler señala que el ingreso bruto de los hogares griegos se redujo de media entre 2008 y 2012 hasta un 25%, en cuatro años, estas grandes reducciones se atribuyen en parte a los recortes salariales.
  • Los griegos con medianos o bajos ingresos tuvieron que soportar la mayor carga fiscal durante la crisis. En particular, las capas inferiores tuvieron que sufrir cargas que se han elevado hasta un 337% en comparación con el pasado. A diferencia de los estratos económicos superiores, que pagaron un 9% más.
  • Según los datos obtenidos desde la OIT, en el 2009 el desempleo en Grecia era del 9,6% con respecto a la población económicamente activa, durante la crisis el pico más alto se encontró en 2013 con 27,5% y en el año 2017 se tiene un 21,5%.
  • En cuanto a la desigualdad, entre 2006 y 2009 se redujo el índice de Gini hasta el 33,6, y a partir de 2010 subió hasta el 36.
  • La aprobación de nuevas medidas de austeridad en junio de 2011 marcó el inicio de importantes, bruscos y sostenidos aumentos en suicidios totales, afirma un estudio de la revista British Medical Journal . Los investigadores observaron que el número total de suicidios experimentó un incremento sostenido de 11,2 por mes de media, un alza del 35,7% en junio de 2011, justo después de que el Gobierno aprobara una segunda serie de medidas de austeridad. El máximo histórico se dio en 2012.
  • La mortalidad infantil tenía una tendencia decreciente, según datos del Banco Mundial, pero justo desde los años en los que se produjo la injerencia de la Troika se viene teniendo un crecimiento muy preocupante en este indicador, que muy lejos de ser un número, muestra la cantidad promedio de muerte de neonatos y bebés. En menores de 5 años se pasó de una tasa de mortalidad del 3,9% en 2010, al 5,3% en 2017; en neonatos se pasó del 2,1% en 2010, al 3% en 2017.
  • Según los datos de un estudio hecho en el 2015 por Dianeosis, un organización independiente que publica informes académicos e investigaciones periodísticas sobre la realidad política y social de Grecia, alrededor del 52% de las familias griegas sobreviven únicamente de las pensiones que cobran los abuelos.

La agenda seguida por Tsipras, asumiendo los planes de recorte de la Troika, lo colocaron en la línea de los dos partidos tradicionales (Nueva Democracia y Pasok). Solamente el Partido Comunista continúa planteando medidas radicales, con una revisión completa del papel griego en Europa y la OTAN, mientras Amanecer Dorado se presenta como el canalizador nacionalista del desencanto ciudadano. En las elecciones de 2019, Tsipras perdió las elecciones y fue nombrado primer ministro Kyriakos Mitsotakis de Nueva Democracia.

La pandemia de la Covid-19 afectó tanto a los países del norte de la UE como a los del sur, pero en esta ocasión se decidió suspender la reglas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento y se autorizó que los gobiernos aumentaran el gasto público que fuera necesario. Los dogmas hay que cumplirlos incluso en los momentos difíciles, pero los de la UE sólo cuando no perjudiquen al eje franco-alemán.

Referencias