La tierra y su apropiación es uno de los principales ejemplos de mercantilización y privatización de los bienes comunes. No hay duda de que la Tierra y la naturaleza son anteriores a cualquier ser humano, y no fueron creadas por éste, ni fueron creadas para su venta, sino que fueron un regalo que nos encontramos. Por tanto, el primer acto de apropiación de la tierra, no fue un derecho natural, sino un delito contra toda la humanidad.
Conforme se fueron extendiendo las apropiaciones de tierras, sobre todo las más habitables y valiosas, dichas ocupaciones colisionaron entre sí y dejaron de ser «pacíficas», al encontrar resistencia de otros ocupantes, con lo que el principal medio de apropiación de tierras fue la violencia y la guerra.
La fuerza militar de tribus y señores feudales determinó la distribución originaria de la riqueza, pisoteando el derecho natural de las personas más pobres, es decir, con menos poder militar. Las leyes que se fueron dictando fueron las que crearon y legitimaron el derecho de propiedad privada de la tierra, intentando limpiar los crímenes, las matanzas y la violencia en las que se originó esa propiedad privada.
Los monarcas y la aristrocacia siguieron apropiándose de tierras comunes durante toda la Edad Media, en el proceso denominado como cercamiento de parcelas agrícolas («enclosure movement»). Las leyes de cercamiento privaban a los campesinos de su derecho a utilizar dichas tierras, que pasaban a ser propiedad privada de grandes propietarios y terratenientes. Este proceso que comenzó en Inglaterra, se extendió por toda Europa. Por supuesto, hubo levantamientos contra el proceso de cercamiento. La rebelión de Kett (1549), en Norfolk (Inglaterra), durante el reinado de Eduardo IV, concentró a 16.000 campesinos y ganaderos rebeldes que se dedicaron a tirar vallas y lindes de las tierras. La rebelión acabó con la muerte de 3.000 rebeldes en la batalla de Dussindale, a manos de un ejército compuesto por mercenarios de Gales, Alemania y España. El líder de la rebelión, Robert Kett, fue condenado y ahorcado .